En esta época de altas temperaturas es de vital importancia conocer todo sobre el cuidado del cuerpo, la exposición al sol y la preparación de los alimentos.
Las altas temperaturas no solo traen la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones, sino también de diversas actividades al aire libre, pero también pueden aparecer ciertos problemas como el cuidado de los alimentos, de la piel, de la vista o hasta del propio golpe de calor. El primer tema a tener en cuenta es el cuidado de la piel en el verano, ya que una mala exposición en horarios infernales puede llevar a enfermedades, entre ellas el cáncer de piel.
En primer lugar, se debe evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas, que es el momento del día en que el índice UV es más elevado. A la hora de exponernos al sol hay puntos a tener en cuenta, como mantenerse alejado del sol en los horarios en que la intensidad de la luz UV (índice UV) es de mayor intensidad.
Además, hay que evitar la exposición al sol en menores de 1 año, aplicar una película uniforme y generosa de protector solar con filtro UVB y UVA, 15-30 minutos antes de la exposición al sol. Hay que repetir la aplicación cada 2 horas y después de sudar o nadar. Usar ropa holgada, de trama ajustada y colores oscuros. Cuando la exposición sea prolongada, es aconsejable el uso de mangas largas y pantalones, así como sombreros con ala ancha.
Cuestión de piel
Cabe destacar, que según el tipo de piel es el factor de protección que hay que utilizar, por ejemplo, idealmente, deben usarse protectores solares de amplio espectro que proporcionen protección UV-B y UV-A, resistentes al agua, con un FPS mínimo mayor a 30. También depende del fototipo de la piel, es decir, la capacidad de la piel de adaptarse al exponerse al sol, que a su vez dependerá de la pigmentación cutánea, el color del pelo y de los ojos.
En personas con fototipo I y II (piel clara, ojos azules o verdes, cabello rojo o rubio y pecas, siempre se queman, no se broncean) se recomienda SPF 50. En personas con fototipos III a VI (piel y cabello más oscuros, que rara vez o nunca se queman y si se broncean) pueden utilizarse protectores solares con SPF 30 û 50.
Anteojos de sol
Un segundo ítem tiene que ver con los anteojos de sol y el filtro a utilizar, situación que hay que saber elegir de forma correcta y evitar lesiones oculares que van desde cefaleas, queratitis, cataratas y daños en la retina. Por otra parte, el color de nuestros ojos y la actividad que vamos a realizar con los lentes solares también influyen.
A lo largo de nuestra vida, las células de la mácula, es decir, de aquella región del ojo encargada de la discriminación de formas y colores, cumple una determinada cantidad de procesos fotosensibles y la luz solar genera un aumento de estos aumentos, de hecho las diferentes ondas ultravioleta que emana del sol puede generar daños directos a la estructura celular lo que conocemos como maculopatía solar que es la primera lesión que causan este tipo de lentes. Cabe destacar, que hay diferentes grados de filtros ultravioleta para diferentes categorías de exposición a la luz solar porque no es lo mismo la exposición en una ciudad, una playa o incluso en la nieve.